Fa uns dies, demanava a una jove si podia col·laborar amb el butlletí de l’entitat, dedicant unes paraules sobre la seva experiència per donar-ne testimoni.
Aquell dia, ella es va il·lusionar, i avui, totes dues ens hem emocionat. Ha portat un escrit fet. Un escrit ple d’agraïment i esperança. Juntes hem recordat el seu pas per l’entitat des del primer dia fins a l’actualitat; experiències, històries, activitats, projectes i persones que ha conegut, amb algunes de les quals encara té contacte i amb d’altres d’aquí li agradaria saber com estan avui.
Ella s’ha emocionat en recordar el seu primer dia, i en pensar en els processos de creixement i canvi que viuen infants i adolescents que hi participen actualment.
Jo m’he emocionat en escoltar-la parlar des del cor i en ser testimoni del camí que ha emprès a la vida.
Ella és la Fátima Draya, va arribar al Centre Obert amb una motxilla ben carregada d’històries de vida complexes, però també de somnis, desitjos, recursos i competències, tresors que han anat emergent i lluint, i que hem tingut l’oportunitat de compartir amb ella. Avui dia la Fátima és una jove amb objectius clars, afectuosa i compromesa. Estudia a la universitat, fa feines temporals i aprofita el temps lliure que li queda per continuar participant en l’entitat i fer aposta pel compromís social, col·laborant i fent voluntariat.
Aquestes són les seves paraules:
“Antes de empezar a contar mi experiencia en la PES (Plataforma de Educación Social) me gustaría presentarme; Soy Fátima Draya y actualmente tengo 20 años y en diciembre haré 21. Aunque, esta historia empezó hace 10 años, concretamente una tarde de octubre del 2014.
Si me preguntasen sobre aquel día, podría explicarlo con lujo y detalle (literalmente me acuerdo hasta de la ropa que llevaba puesta). Era una tarde en la que yo salía del colegio, estaba muy nerviosa porque mi padre me estaba esperando fuera con el coche para llevarme a un nuevo destino, sin yo saber que 10 años después se convertiría en un segundo hogar.
Una mujer llamada Laura F. nos dio la bienvenida con una sonrisa y con muchas ganas de enseñarnos aquel edificio, en el que pasaría mis tardes de lunes a viernes.
Se acercaba el momento que tanto esperaba pero que a la vez me producía muchos nervios. Laura me abre la puerta a un aula llamada ‘’Grans’’ (grup d’infants del Centre Obert), a simple vista puedo observar a diferentes niños/as de mi edad merendando unos cereales con leche. Esas miradas repletas de curiosidad me habían intimidado un poco, pero con el apoyo de mi nueva educadora, Vero, que me animó a pasar y a presentarme delante de todos, mis nervios se habían esfumado. Una nueva etapa iba a comenzar.
Una etapa, en la que había vivido diferentes tipos de emociones; alegría, tristeza, rabia, celos, amor, miedo, timidez… En aquel entonces jamás había conocido ese lado tan sentimental que tenía, pero gracias al casal, pude conocerme a mí misma y saber el tipo de persona que era y en la que me estaba convirtiendo.
Los talleres, las actividades, las excursiones, las asambleas…todas aquellas experiencias que me daban la oportunidad de poder participar, de poder opinar, de conocer a mis compañeros y poder crear amistades que hoy en día sigo conservando.
A medida que los años iban pasando, los cambios también se iban notando. Nuevas aulas, nuevos educadores/as, nuevos compañeros/as… Eran cambios que entristecen, pero que a la vez eran necesarios para poder seguir adelante y aprender a la par que descubrir nuevas experiencias.
Hace tres años decidí entrar a un nuevo proyecto, bajo el sello de la PES, llamado ‘’Fes-Te Jove’’ (servei d’acompanyament a adolescents i joves). Ha sido y es un proyecto que me ha ayudado a crecer tanto a nivel personal como profesional. Obtuve el primer trabajo que me había ayudado a adquirir todas las aptitudes que podía ejercer en el futuro.
En el ámbito personal también he logrado aprender muchas cosas relacionadas con la sociedad que hoy en día nos rodea. Y tener la oportunidad junto con mis compañeros de participar en múltiples organizaciones, teatros, talleres, para hacer visible nuestra diversidad y empatizar con todas aquellas personas que han sufrido prejuicios en algún momento de sus vidas.
Hoy en día, a mis 20 años continuo en la PES, porque ya ha dejado de ser un casal, se ha convertido en un hogar para mí, y para todos aquellos niños que han estado, que están y que estarán en un futuro.
El casal marcó un antes y un después en mi vida… en todos los aspectos. Y estaré eternamente agradecida a todos los educadores que han formado parte de esta experiencia y que gracias a ellos he podido conocer a la mejor versión de mi misma.
Gracias Vero, Tito, Sergi, Laura D. y Pol por vuestra paciencia, por vuestro cariño, por vuestras palabras de ánimo, por vuestra confianza en mí y por siempre haber estado cuando más os he necesitado.
Y por supuesto, muchas gracias a Laura F., por haberme abierto las puertas aquella tarde, como un gesto tan simple iba a iniciar una historia de 10 años que hoy en día sigue en progreso y que espero que nunca tenga un final sino un ‘’Continuará…’’”.
Gracias. Fátima
(Jove participant de la Plataforma d’Educació Social SANT BOI)